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El libro
Puntos que sincopan, abrevian, apuran el trago para que haya otro trago más, otra siesta salvadora, otra noche inesperada en la que un balcón sea lo mismo que asomarse a una ciudad ajena, donde todo sea posible.
Un morse del amor, hecho de puntos y rayas que no se borren con las dudas cotidianas. Eso intenta y consigue Marcelo Luján con este libro de breves piezas que vertebran un gran amor, uno de esos que hasta los cínicos diplomados envidiamos.
........................................................Carlos Salem (del prólogo)
..........................de la edición española:
........................Talentura, Madrid, 2013
.......................ISBN 978-84-941766-4-7
..............colección Mezclatura.166págs
...............foto de cubierta: Laura Muñoz -
Presente
Tenemos un tragaluz secreto por donde se nos filtra todo lo que brilla al otro lado del mundo. Y los sonidos ambiciosos de ese mundo. Por supuesto está en el cuarto de baño, inaccesible y misterioso. Por eso, de pronto, te veo de puntillas, tensa de la cintura para abajo, sin ropa y sin memoria, mirando por el tragaluz. Asomada. Tan estirada y viva. De la cintura para abajo las cosas pueden ser una línea de esas de pescar. Una luciérnaga que se enciende y después se apaga porque después ya nunca más se encenderá. La medianoche en las inmediaciones de Stamford Bridge. Cuando ya no queda nadie. Nada. Excepto vos haciendo virguerías con un aerosol metalizado. Excepto vos apurando las palabras. Y entonces yo. Te veo de puntillas, desde atrás. En lo alto. Tensa. Y me siento como el pobrecito Ulises. Pidiendo inútiles porfavores en medio de la soledad. Sin que la cera tape del todo mis oídos. Sin que mis oídos cieguen del todo mi vista. En lo más alto del mástil. Ahí. Tan cerca de la locura.
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Pasado
Por supuesto que nos escondíamos constantemente. A veces hasta nos perdíamos. A veces en el fondo más inhóspito del sitio menos pensado. A veces por las noches pero generalmente durante el día. Como dos dráculas envenenados por la impaciencia. Siempre tras un arrebato que siempre salía desde alguna escandalosa parte de nuestros cuerpos. La ciudad era ese mapa. Y ya no teníamos marcha atrás. Tu mano derecha apretando el cuello de un abrigo. Mis ojos sobre esa mano. Y entre ese cuello y esa mano y esos ojos. El fogonazo que nos cegaba. Por supuesto nos revolvíamos constantemente. A veces hasta quedarnos dormidos en la penumbra del parqué. A veces amanecía y otras veces amanecíamos untados de mermelada. Nos perseguía una suerte de vaticinio. Nos perseguía la ciudad aunque la reemplazáramos viajando en aviones imposibles. Éramos dos vampiros bajo un sol de justicia. Sin opción de refugio. Sin opción ni movimiento. Con todas las certezas envueltas en papel de fumar.
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Futuro
Te escribiré una carta. Un correo electrónico. Un mensaje de texto. Sin pararme a respirar las letras. Porque eso. En ese futuro de hormigón armado. Nos importará poco. Acaso tendremos el bienestar de la duda. La imagen borrosa de tus manos aferradas al cabecero de la cama. Qué otra cosa podremos querer. Una confesión para saciar la sed. Para matar al monstruo. Para sostener la mueca. Para lidiar tu espina. Y un domingo que no escueza. Y un septiembre que no muera. Y enarbolarnos en lo alto del edificio. Y una mancha de algo como la sangre. Y otra noche en Malasaña o en el fin del mundo. Qué otra cosa podremos pedir. Más que. Expulsar la flema. Alimentar el morbo. Volar bien lejos. Coger bien fuerte. Y un sótano acorazado donde nos encontrará el ejército enemigo. Y su nunca. Porque nunca sabrá para qué usaremos nuestros últimos minutos. Nos quedaremos con el sí. Para soplar el polvo. Para inventar rincones. Para encender la velas. Para morir de amor.
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El autor
Marcelo Luján nació en 1973 en el barrio de Mataderos de la Ciudad de Buenos Aires.
Publicó los libros de cuentos Flores para Irene (Premio Santa Cruz de Tenerife 2003), En algún cielo (Premio Ciudad de Alcalá de Narrativa 2006), y El desvío (Premio Kutxa Ciudad de San Sebastián 2007). En 2020, su cuarta colección de cuentos, La claridad, obtuvo por unanimidad el VI Premio Internacional Ribera del Duero. También publicó prosa poética: Arder en el invierno. Y las novelas La mala espera (Premio Ciudad de Getafe de Novela Negra 2009 y Segunda Mención del Premio Clarín de Novela 2005), Moravia, y Subsuelo (Premio Dashiell Hammett, Premio Tenerife Noir, Premio Novelpol, todos en 2016). Este último título está siendo adaptado a la pantalla por Fernando Franco. Parte de su obra fue seleccionada en campañas de fomento a la lectura y traducida al francés, italiano, checo y búlgaro. Pequeños pies ingleses es su segundo libro de relatos en prosa poética.